Puedo ponerme triste y decir que me basta con ser tu enemigo, tu todo, tu esclava, tu fiebre, tu dueña. Y si quieres tambien puedo ser tu estacion y tu tren, tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado, tu Dios, tu asesina. O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra, a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.
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