Sentí estragos en el pecho, del más loco frenesí, abundancia de promesas y una súplica de ayuda para ir juntos a la luna. Pasional como sutil, me arrebataste el cielo y lo adornaste. Y con el tiempo me enseñaste qué es el amor, y que en la cama no hay restricción. Hoy sé que no debe existir placer como admirarte reir.
Un pasado infortunado, y su intención de instalarse eternamente en tus adentros, se convierte en mi rival de estación. Y yo sé cómo ganarle a esos espectros. Es la base de la dieta del amor, mucha risa pa’ que no nos duela nada. No hay vestigios de tragedia en tu colchón, porque sobran, porque sobran carcajadas. Me someto, así, a tu entrega. Me rescata, me enloquece y me sosiega. Ya no somos dos ahora: Se fundieron nuestros fuegos en tu alcoba ♥
La gente se cree que esto no es más que miseria y desesperación y muerte y toda esa mierda que no hay que olvidar, pero lo que olvidan es el placer que supone. De lo contrario no lo haríamos. Después de todo no somos pelotudos. Bueno, al menos no tan pelotudos. Pensa en el mejor orgasmo que hayas tenido, multiplícalo por mil y ni siquiera andarás cerca.
Trainspotting (1996)
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