Elegí que me comieras a besos, también elegí tu voz al otro lado del teléfono.
Elegí llorar por vos de vez en cuando, elegí creerme todas tus verdades y creerme a medias tus mentiras.
Elegí que no quería otros abrazos, ni otras manos deambulando por mi pelo que no sean los tuyos.
Elegí que vos fueras mi única locura y mi cordura.
Elegí hacerme adicta a vos, a tus manías y a tu manera de hacer las cosas.

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